Pumas gana el Clásico Capitalino ante América; suman tres partidos sin perder

Un zarpazo fue suficiente para terminar con el campeón. Pumas mostró intensidad, garra y espíritu, ese que le exige su escudo. El rugido de Piero Quispe fue letal, América no encontró el modo de abrir la zaga felina y, con la corona de la Campeones Cup abollada, vivió su quinto descalabro del semestre, 0-1 final.

América se mantendrá en el puesto 13, todavía lejos de la zona en la que se suelen ubicar, mientras uno de sus máximos rivales, los Pumas, se afianzan entre los mejores del campeonato.

La estrategia de los entrenadores pareció una calca. La línea de cinco construyó dos esquemas que lucieron semejantes, pero que eran distintos en la zona de construcción, esa donde los volantes creativos brillaron.

La zona de escudos tuvo a Cervantes y Fidalgo por un lado, mientras que por el otro, Caicedo servía para proteger los intereses de Rico y Quispe, quienes ejercieron como volantes de ida y vuelta. Esa verticalidad hizo que Valdés luciera errático.

El dominio fue alterno. Los cremas no se sintieron cómodos, sí supieron tocar con poco peligro. La garra y el espíritu aparecieron en la colonia Noche Buena. Chino, Memote y Quispe, el tridente que volvió loca la zaga, se conjugó para dejar al peruano solito ante Malagón. Luis Ángel se estiro lo más que pudo, aunque no evitó el primero de la noche. ¡Gol de Pumas!