El 13 de octubre de 1993 llegó a la pantalla grande una historia que, a través de los años se ha vuelto de culto: El extraño mundo de Jack.
Además de servir como inspiración para muchos disfraces en la temporada de Halloween o Día de Muertos, la cinta dirigida por Henry Selick se mantiene vigente al paso del tiempo.
Gracias a su trama, el largometraje se extiende hasta Navidad, ya sea que la veas en octubre para asustarte o en Navidad para recordar la magia que tiene dicha festividad.
The Nightmare Before Christmas –su título en inglés– cuenta la historia de Jack Skellington, el rey del Halloween, que, cansado de cada año celebrar la misma fecha y prepararse arduamente, no encuentra esa chispa que lo motivó en un inicio. Perdido y sin emoción por el siguiente Halloween, Jack deambula por las afueras de la ciudad donde habita, junto a su perro, Zero.
Sin imaginarlo, descubre la puerta a otros mundos, otras festividades que no conocía. La puerta que más le llama la atención es la que tiene un árbol de navidad; al abrirla se encuentra con magia, alegría, muchas luces, regalos, sonrisas, todo lo opuesto a lo que él hace y, claro, queda atónito al conocer a Santa Claus y su villa navideña.
Emocionado y lleno de ideas, regresa a su mundo, reúne al pueblo y les comparte su idea de cómo será su nueva fiesta. Utilizando sus recursos, Jack recrea la Navidad, una muy desastrosa, a pesar de que Sally, su eterna enamorada trata de advertirle, hace caso omiso.
La cinta está inspirada en un poema escrito por Tim Burton, quien escribió la mayor parte del guion, creó los personajes y es el productor.
Sin embargo, contrario a lo que muchos imaginan, la dirección corre a cargo de Selick, lo que ha generado una ligera controversia a través de los años por ver quién merece el crédito.
Como en cualquier historia no puede faltar el villano y Oogie Boogie intenta arruinar los planes de Jack y, claro, quedarse con Sally.

